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La expansión del sistema eléctrico está limitada por un factor clave: las líneas de transmisión. Se trata de la infraestructura por la cual la electricidad generada va llegando a distintos lugares. Varios de los cortes en la ciudad de Buenos Aires se generan por fallas en la transmisión, un segmento que viene atrasado en obras y actualizaciones del sistema.

La secretaria de Energía anunció ayer que incorporará 5600 nuevos kilómetros de líneas, casi un 40% de crecimiento con respecto a la infraestructura actual. “Permitirá asegurar el buen funcionamiento del Sistema Argentino de Interconexión SADI, mitigar los cortes de servicio y aliviar los cuellos de botella producidos por la falta de inversiones acumulada en décadas”, destacaron.

Se estima que se necesitan u$s 6600 millones para llevar adelante 15 proyectos. El más sensible para Buenos Aires -y también uno de los más caros- se llama AMBA 1. Ese nodo es el que provoca la mayor cantidad de cortes de luz en el conurbano, donde las fallas en las líneas de transmisión -especialmente en la zona de concesión de Edesur- suelen ser moneda corriente en el verano.

“Las obras de ampliación serán financiadas y ejecutadas por empresas privadas, sin un costo para el Estado, a través del mecanismo de concesión de obra, y se solventarán mediante el pago de un concepto tarifario por parte de los usuarios que sean beneficiados con esta nueva infraestructura”, explicó Energía.

La demanda eléctrica creció un 20%, pero la capacidad de transporte mejoró un 8%, dejando un hueco de infraestructura que fue trayendo diferentes trastornos al sistema.

La idea del Gobierno es que la mayor cantidad de compañías se dediquen a líneas de transmisión. Todos en el sector lo consideran crítico para poder ampliar el sistema.

Sin embargo, la mayoría de las distribuidoras y generadoras eléctricas no lo tienen, por ahora, en el radar. La idea del Gobierno es ir convenciéndolos de los beneficios de participar en el esquema. En los primeros sondeos con ejecutivos del sector, estaban estudiando si les conviene ser parte del esquema.

Transener es la principal empresa de transporte de energía en alta y media tensión del país. El 51% de las acciones está en manos de Citelec, una sociedad en la que Pampa Energía y la estatal Enarsa poseen el 50% cada uno. El resto -49%- flota en la Bolsa.

Una firma de estas características sería candidata a realizar obras de transmisión, ya que cuenta con la experiencia de operar. El Estado nacional viene pensando en vender su parte de Citelec, la correspondiente a Enarsa. Y también piensa en desprenderse de Enarsa.

Se habla de un interés chino. “En los últimos seis años, se realizaron solo el 38% de las inversiones necesarias en transmisión eléctrica, generando que hoy el 35% de las instalaciones del sistema se encuentren al fin de su vida útil. La última obra de alta tensión que se realizó a nivel nacional fue en 2017 y en AMBA en 2006, es decir, hace 19 años”, recalcó Energía.

El sistema eléctrico fue declarado en emergencia en diciembre de 2023. Allí se definió un plan de contingencia para evitar cortes de luz en los veranos subsiguientes 2024 y 2025. Sin embargo, eso no logró en la zona de concesión de Edesur, que sufrió varios cortes masivos en los picos de calor.

La conducción actual de Energía, muy crítica de la política de subsidios de las administraciones kirchneristas, machacan que “se gastaron u$s 150.000 millones en subsidios durante 20 años, mientras que no invirtieron u$s 30.000 millones en obras imprescindibles”.

Las obras que se harán fueron definidas a partir de un consenso entre distintos actores del sector, con Cammesa a la cabeza, y otras entidades. Energía supervisó el plan.

Las obras se realizarán están en la provincia de Buenos Aires, Chubut, Santa Cruz, Río Negro y La Rioja. En la mayoría son líneas de transmisión, o “alternativas”. Los planes también comprenden a La Rioja, Corrientes, Formosa, Catamarca, Jujuy y Tierra del Fuego. Están previstas conexiones con puntos fronterizos en Paraguay y Bolivia.

Los inversores en energías renovables también dicen que los problemas de infraestructura también los están afectando. “La expansión del despacho está limitada por las líneas de transmisión. El sistema podría tener más energía renovable, pero el impedimento en la transmisión se lo impide, y faltan planes para subsanarlo”, se quejan desde ese rincón.

AMBA 1

Se trata de una de las obras más caras planteadas en el nuevo esquema de líneas de transmisión. Se estima que demandará más de u$s 1200 millones. La administración de Alberto Fernández mantuvo distintas conversaciones con potenciales socios, pero nunca las concretó.

En los planes de Gobierno, los hogares, comercios e industria pagarán la ampliación de esta línea con un cargo fijo, que sería equivalente a un equivalente de entre el 1% y 3% de las boletas.

“Va a ser un cargo fijo de pesos por megawatt por hora (MW/h) que va a pagar toda la demanda porque entendemos”, explicó la secretaría de Energía, María Tettamanti, en distintas ocasiones.

El Cronista